martes, 20 de enero de 2015

Capítulo 2. AÑO NUEVO, PARTIDA NUEVA.

-Pues tendrá que despertarse ya, son las 9 de la mañana.-oigo la voz chillona de Macarena.
-Mamá, no seas pesada. -le pide mi madrastra.
-Dejadla descansar, el viaje de ayer la dejó hecha polvo.-me defiende mi padre mientras yo vagueo por la cama.
-¡Yo hice el mismo viaje! -se queja. Cada vez el tono es más alto. Lo peor es que cuanto más fuerte habla, más aguda se vuelve su voz. Es... repugnante.

Decido que ya basta de hacer la croqueta en la comodísima cama y me levanto. Me miro en el espejo de la puerta. Estoy horrible. Mis pelos van cada uno en una dirección, mis ojos, rodeados por enormes legañas, están hinchados de tanto dormir. Salgo tal cual. Están los tres en el pasillo, junto a mi puerta. Paso por delante de ellos, mi objetivo es llegar al baño sin que me asalte nadie.
-¡Pero ni buenos días dices! -chilla quien ya sabéis.
-¡Buenos días! -digo, pegando un portazo. Oigo murmullos. Dejo de escucharlos. Paso de todo. Solo quiero que pasen rápidas las horas y poder volver a Málaga. Esto es un infierno.
-Cariño. -el plasta de mi padre me mira nada más abrir la puerta. -¿vienes con nosotros a hacer la compra?
-Qué remedio. -bostezo.
El camino se me hace eterno. No dejan de hablar de política en la radio, y el paisaje ya empieza a aburrirme.
-Papá. -digo dulcemente. Así seguro que me saldré con la mía. -¿puedes cambiar de emisora? -asiente sonriente. Adora que lo llame así, por eso solo lo utilizo en casos realmente necesarios. Al girar la ruleta, una nube de interferencias cubre el ambiente. Me tapo los oídos y hago un sonido desagradable.
-¡Voy voy! -vuelve a girar y aparece la voz inconfundible de Malú. Oh sí, qué suerte tengo. -¡anda, mira por donde!
-¿Te gusta? -pregunta la vieja. Asiento pérdida en los acordes. -a mí…"ni fú ni fá". Algunas canciones están muy bien.
-A Irene le gusta desde pequeña. -interviene Anabel, como si me conociese de toda la vida. -me contó Jordi que tu madre te ponía la canción de Aprendiz cuando estabas en la barriga. -pongo cara indiferente.
-Y no veas como pataleaba. -añade mi padre. -es muy… ay, ¿cómo se dice?
-Malulera. -le responde su "amorcito".
-¡Qué mona! -opina Macarena. Tierra trágame. No soy un bebé. Dejad de tratarme como tal. Casualmente, suena con fuerza el estribillo y me siento enormemente identificada. Deshaceros de mí… Intento concentrarme en la canción pero es demasiado tarde. Ha acabado. También el viaje.
Nos adentramos en uno de los centros comerciales más grandes de Madrid. Me dan mareos solo de verlo. Al bajar la rampa que conduce al parking me doy cuenta de la cantidad de gente que va a haber en el lugar. Están casi todas las plazas ocupadas. Mi padre resopla dando vueltas con el coche.
-¡Ahí! -chillo al ver un hueco.
-Está muy lejos de los ascensores. -replica. ¡Tan tiquismiquis como siempre!
-Amor, ¿no ves que no hay más? -le explica Anabel. Por una vez piensa y descubro que debajo de su sedoso e impecable pelo rubio (de bote) hay algunas neuronas que aún funcionan.
-Sí, tienes razón. Esto está masificado hoy. -me muerdo los nudillos. Lo hago cada vez que me estreso. Sí, estoy estresada. ¿Por qué no aparcó cuando se lo dije? Ah sí, lo olvidaba: "está muy lejos de los ascensores". ¿Qué pasa, que si lo dice doña uñas pintadas la plaza viaja hasta el ladito de los ascensores? Menudo calzonazos.
Salimos del Audi y cruzamos los aparcamientos. El olor raro y común del parking me invade. Avanzamos hasta la otra punta esquivando coches y carritos de la compra. Camino decidida por el supermercado del C.C, pero entonces dejo de oír los pasos de mi "familia". Giro la cabeza y los veo. Miran embobados un maniquí. Me echo sobre una columna. Resoplo una y otra vez. ¿Cuánto les durará el "empanamiento"?
-¿Te ayudo en algo? -un chico que me saca unas dos cabezas me mira sonriente. Lleva el uniforme de la marca. Me quedo completamente embobada. Es guapísimo.
-Eh… no… estoy esperando a… -señalo al grupito de mi padre. El joven ríe y muero en el instante.
-Toma. -me deja el catálogo. -así no te aburres… -y se va, dejando a su paso un rastro de perfume que termina de aniquilarme. Aún no asimilo el intenso color de sus ojos. He visto el mar reflejado en ellos. Vale, se me va. Mi lado poético siempre esperando un buen momento para aflorar…
-¿Quién era ese? -me mira sugerente mi madrastra. "Irene, actúa con normalidad", me digo.
-¿Ese? ¿quién? -desvío mi mirada.
-No te hagas la tonta. -me guiña un ojo. Qué pesada. Odio cuando se pone así.
-Me ha dado esto, no lo conozco. -le doy la revista, que conserva su seductor olor.
-Oh, ¡ofertas, ofertas! -exclama. Río. Sonríe al ver que por una vez, mi risa es sincera. Buscamos buen marisco por la zona de la pescadería, cargo algunas botellas de mi refresco favorito y me hacen dar vueltas para buscar latitas de uvas.
-Has pasado tres veces por este pasillo. -ríe el guaperas de antes. Me sonrojo. A descubierto lo torpe que soy. -¿qué necesitas?
-Uvas. -mis nervios no me dejan construir una frase que tenga sentido gramatical.
-Acompáñeme señorita. -me pide amablemente. "Contigo a cualquier parte", susurra mi mente. Tras andar unos cuantos metros, frena en seco y se gira hacia un estante.-¿cuántas necesitas?
-Cuatro, digo tres. -tartamudeo. Mierda. Soy incapaz de aguantarle la mirada. Ese azul cielo me desestabiliza.-cuatro, cuatro. -me sonrojo. El chico se pone de puntillas y su camiseta se levanta. Me es imposible no mirar su espalda descubierta.
-Aquí tienes. -las agarro con firmeza. Intentaré no tirarlas. Intentaré no volver a cagarla. -¡feliz año! -se despide.
-¡Por fin! -exclama mi padre quitándome las latas de las manos para introducirlas en el carro. -¿dónde estaban?
-Ahí. -señalo el estante. Me revuelve el pelo como si fuera un perro. Me escurro muerta de vergüenza.

Son las once y cincuenta y cinco minutos. A nada de empezar el 2015. Dentro de lo que cabe no ha sido un mal año. En realidad, para qué engañarnos, ha sido como el anterior. Las cosas no han cambiado. Todo en mi vida sigue siendo igual de malo o bueno, según quiera verlo. No dejo buscar un propósito de esos que luego no cumplimos. No se me ocurre ninguno… Levanto la vista y veo a mi padre mordiéndole el labio a Anabel. Por una vez no me parece asqueroso. Por una vez siento envidia. Puedo sentir su felicidad, sus sonrisas hablan por sí solas. ¿Puedo proponerme ser menos yo  y ser más mi padre? Me gustaría enamorarme, quiero sentir eso. Sí, venga. Probablemente a mitad de enero esta escenita me volverá a parecer tan repugnante como el amor… Me pregunto si habrá alguien que me cambie, en ese sentido. Me pregunto si habrá por ahí unos ojos que me paralicen como los del dependiente.
-¡¡Los cuartos!! -grita Macarena. Vuelvo en mí. Los presentadores cantan las campanadas como si les fuera las vida en ello. Yo trato de no ahogarme. El reloj marca las 12 definitivamente y a mí me quedan dos uvas aún.
-¡¡FELIZ 2015!! -saltan de la silla. Me uno a su euforia con una copa de champán. Brindo con énfasis. Hola, nuevo año.
Recogemos la mesa y mi padre saca una baraja de póker, su entretenimiento favorito.
-¿Vamos a empezar al año jugando? -pregunto.
-¿Y cómo lo hemos empezado otros años? -sonríe. Aún recuerdo las partidas de nochevieja con toda la familia, cuando mis padres eran uno. -aunque tú  deberías estar de fiesta. -me riñe.
-¿Aquí, no? -me quejo. Ojalá pudiera estar con mis amigos. Deben de estar pasándolo genial. Se produce un silencio incómodo. No amargues la noche, Irene. Agarro las cartas y las barajo.

-¿Cómo se juega a esto? -pregunta la madre de Anabel, muy interesada. Mi padre comienza a dar una larga explicación con el sonido de las cartas mezclándose entre mis manos. Al final la noche no es tan horrible. No es tan infierno como pensé. No es tan insoportable como imaginé. Me tocan las mejores cartas, sonrío automáticamente. Y así comienzo el año, una vez más. Porque que hay cosas que nunca cambian. 

2 comentarios:

  1. Hay que ver cuántas descripciones para cosas insignificantes y qué pocas para el chaval guapo (por no decir ninguna). Lo has hecho para que suframos, VERDAD? Jajajaja
    Es curioso cómo celebra el año con "énfasis" pero sin embargo no muestra ninguna emoción.. XD
    Y bueno... La mención descarada a Malú era cuestión de tiempo!! Jajaja
    Buen capítulo,
    Amor
    Javi
    Xx

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  2. Con ganas de leer el tercero!!!

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